* Recuerde que lo más importante es un cuchillo bien afilado.
* Cuando compre la carne revise que su color sea rojo y no tenga manchas por ningún lado.
* Tenga en cuenta qué tipo de receta va a preparar y con base en ello, escoja la carne. No es lo mismo una carne para asar que para hacer con guiso.
* Revise si la carne está fresca y si se encuentra a la temperatura indicada.
* Recuerde marinar las carnes con anticipación para que el sabor final sea delicioso y concentrado. El orégano, el tomillo y el laurel van muy bien con todo, pues además de un sabor muy rico, aportan un aroma exquisito.
* Porcione de acuerdo a la cantidad de comensales que tenga invitados.
* Lo más importante a la hora de realizar los cortes es tener en cuenta las fibras propias de la carne. Son esas vetas naturales que se ven sin mucho esfuerzo.
Debe cortar en contra de la dirección de las fibras, jamás lo haga de manera paralela, pues ahí radica la diferencia entre una carne dura y tiesa y una jugosa y suave. Además si el corte queda bien hecho, la cocción será más ligera.
* Si tiene un pedazo muy grueso, póngalo en una tabla para cortar, ubique una mano sobre la carne como oprimiéndola sobre la tabla y haga el corte por la mitad. Recuerde el tema de las fibras. Tenga en cuenta que no hay nada más rico que una carne jugosa y blandita; por ello es mejor que no quede tan delgada por que tiende a tomar una textura chiclosa y seca.
* Cuando se trate de carne molida, cómprela en un lugar de confianza o verifique usted mismo que la muelan y que sea una carne de calidad.